Cierro los ojos a la
oscuridad que me rodea.
Inspiro los escasos
haces de luz que las derruidas paredes dejan pasar a las
habitaciones.
Respiro oxígeno y
expiro miedo.
Pongo los ojos en blanco
y lo intento de nuevo. Inspiro oxígeno y expiro miedo. Cierro los
ojos. Los vuelvo a abrir y los fijo en las líneas de spray que
decoran la pared. Inspiro oxígeno. Me paro. Aguanto. Intento expirar
mi conciencia. Finalmente expiro el miedo que creo que
me rodea. Miedo irracional a nada, al vacío que hay en esta casa.
Miedo a monstruos que
cruzan mi imaginación como si su propia sombra les persiguiera.
Afino el oído,
intentando escuchar algo a través de los espectros de las paredes,
pero solo me oigo a mí misma. Mi pulso. El roce nervioso de mis manos
contra la tela de los bolsillos de la chaqueta. El parpadeo de la
linterna que apenas calienta el bolsillo trasero de mi vaquero. El
susurro de los guijarros aprisionados bajo mis pies.
Cualquier tipo de sonido
menos el de mi propia mente.
Ese es el sonido que más
miedo me da. Más que el de todos los gritos silenciosos de las almas
que creo que pudieron arder en aquella casa abandonada.
Miro la escalera
descendente que tengo a mis pies. Por un momento, visualizo el mayor
horror subiendo por los escalones, falto de un ojo, babeando el más
oscuro líquido, que a su vez escaparía de entre los huecos de la
mueca podrida que esbozarían sus labios agrietados; apoyándose
sobre sus piernas constituidas por muñones aún sin cicatrizar, que
dejarían que sus seccionados huesos entrechocaran contra las
baldosas del suelo, produciendo un penetrante y agudo grito de
terror.
Un zumbido se instala en
mis oídos. Parpadeo. No hay más que oscuridad deslizándose por la
barandilla.
Pero el caso es que lo
único que quiero en este momento es que una garra me acaricie la
espalda, que haga que el terror líquido se derrame por mi piel,
purificándola de toda sensación de sosiego.
Cualquier cosa con tal
de sentir algo.
Cualquier cosa con tal
de olvidar que tengo conciencia.
Cualquier cosa con tal
de olvidarme de mí misma.
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