28 febrero 2013

- ¿Entiendes por qué estás aquí?
Se retorció las manos, como intentando ahogar el pesado silencio que se había descolgado de la pregunta, y que flotó durante unos segundos sobre sus cabezas, para caer como una acusación ineludible sobre ellas.
Sus ojos, cansados, trataron de encontrar alguna mancha en aquellas inmaculadas paredes, condenadas a escuchar su silencio. Pero parecía que allí lo único oscuro que encontraría serían sus ojeras. Aquellas no tan simpáticas tarjetas de visita de su habitual compañero de cama, el insomnio, no eran sino pequeños destellos de lo que se paseaba por su mente.
- Marta - sus perfilados labios trataron de llamar la atención de su paciente -. ¿Entiendes por qué estás aquí?
La interrogación la enganchó por el cuelo y tiró de ella para traerla desde su mundo, al mundo de los mortales. Sus pupilas se clavaron en el alma de la psicóloga que se sentaba frente a ella.
- Porque intenté hacerme feliz.
Su voz, firme, rebotó contra el blanco de las paredes y golpeó los surcos sonrosados de sus muñecas desnudas.

2 comentarios:

  1. Es desgarradora esta entrada. Manejas las palabras de lo lindo, M.
    Muy muy muy buena entrada, me ha encantado:)
    P.D: no creas que me he olvidado de lo del diseño, sigo pensando ;)

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  2. Muchas, muchas gracias, Andrea. Sabes que tus comentarios significan más de lo que crees.
    P.D: No lo creo, no lo creo ;)

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